Su nombre es “The Line” (“La Línea”, en Inglés). Se trata de un proyecto tanto ambicioso como innovador dirigido por Arabia Saudí en un intento de hacer frente a problemas como la escasez de agua en la Península Arábiga o el agotamiento de energías renovables a nivel mundial, así como la contaminación.
Se trata de un plan ideado por el príncipe Mohamed bin Salmán. En él, se pretende crear una ciudad linear de 170 km de largo, conformada por dos paneles de vidrio transparentes de casi medio kilómetro de altura, comparables a edificios como La Torre Eiffel o el Empire State Building.
En este espacio vivirían unos nueve millones de ciudadanos, constituyendo un ecosistema caracterizado por la armonía entre vanguardia tecnológica y naturaleza. En concreto, todas las necesidades básicas como supermercados, hospitales o escuelas estarían a menos de cinco minutos para todos los residentes. Además, sería posible llegar a cualquier punto de la ciudad en un viaje en tren inferior a media hora. En cuanto a la propuesta medioambiental, “The Line” se posiciona en la sostenibilidad más absoluta, como una metrópoli libre de emisiones de CO2 y donde solo se utilizan energías renovables, además de estar llena de vegetación y todo tipo de árboles. Por otro lado, los muros de vidrio permitirían a los habitantes disfrutar de un clima ideal durante todo el año, aislado de las temperaturas del desierto.
Este proyecto, cuando menos utópico, formaría parte de otro aún mayor llamado “Neom”, que se está desarrollando en la provincia de Tabuk, donde se pretende construir una ciudad en el mar llamada “Oxagon”, una ciudad en las montañas llamada “Trojan” y “The Line”. Esta última, conectaría las aguas del mar rojo con las cordilleras interiores en una extensión parecida a la que separa Bruselas de Ámsterdam.
Esta localización le daría, además, una posición geopolítica importante, con acceso al mar y cerca del canal de Suez. Sin embargo, se enfrenta a numerosas críticas de expertos que afirman que es “inviable” debido a su forma lineal y a la cantidad de habitantes, que haría que el desplazamiento resultara una Odisea. Además, también tendría que hacer frente a importantes desafíos de abastecimiento y a las arenas y polvos del desierto arábigo.
En cualquier caso, el plan sigue en marcha a una velocidad frenética, activo las 24 horas del día. Y es que se pretende que esté habitable para el año 2030. El pasado mes de Febrero, Neom publicó en sus redes varias imágenes actualizadas del proyecto, donde se pueden apreciar profundas excavaciones en la tierra, desatanado todo tipo de reacciones. Parece ser que sólo el tiempo podrá decidir la suerte final de esta gran metrópoli.
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